En
el artículo anterior sobre las preguntas socráticas, recogíamos la importancia
de las preguntas como una herramienta fundamental en coaching. Esta nuevo post,
pretende ser una reflexión sobre aspectos a considerar en la formulación de
preguntas en coaching, y para ello recogeremos, en un primer momento, la
importancia que le otorga la International Coaching Federation (ICF) a la
FORMULACIÓN DE PREGUNTAS, que la recoge como una de las competencias
fundamentales que debe emplear y desarrollar el/la coach para ejercer
correctamente su profesión.
La Competencia 6 se
refiere a REALIZAR PREGUNTAS PODEROSAS, en los siguientes términos:
“Habilidad de
hacer preguntas que revelen la información necesaria para sacar el mayor
beneficio para el cliente y la relación de coaching”
Y continúan
perfilando está competencia de la siguiente manera:
|
Por
lo tanto y a continuación, realizaremos una aproximación a la construcción de
preguntas eficaces, valiéndonos sobre todo de las aportaciones del libro de
John Whitmore, “Coaching: el método para mejorar el rendimiento de las personas”:
- Empleo de preguntas abiertas: es más útil el empleo de las preguntas ABIERTAS que las preguntas CERRADAS. Ello es así porque mientras que las preguntas cerradas son demasiado limitadas y cierran la posibilidad de detallar y explorar los quiebres y generar crecimiento; las preguntas abiertas propician el desarrollo y la creación de soluciones y acciones.
- Utilización de determinadas partículas interrogativas: se recomienda emplear las preguntas por partículas interrogativas que cuantifican o deducen hechos, es decir, QUÉ, CUÁNDO, QUIÉN, CUÁNTO. Especialmente útil, en determinados momentos, puede ser el empleo del PARA QUÉ, porque nos conecta con nuestro próposito. Por último se desaconseja el empleo de POR QUÉ porque vehiculiza al (a la) cliente/a a la justificación y puede que lo sienta como una crítica a su conducta o a su pensamiento.
- Empleo del “efecto embudo” en la formulación de las preguntas: la formulación de preguntas debería comenzar de una manera amplia y luego ir enfocándose cada vez más en el detalle, de esto modo nos centraremos cada vez en lo importante de la consecución de objetivos pero también mantendremos la concentración e interés del (de la) cliente/a.
- Comenzar explorando las áreas de interés del (de la) cliente/a: se recomienda empezar por las áreas que para nuestros/as clientes/as tienen algún interés , para evitar desviaciones por parte de los coachees y a continuación pasarán a sentirse menos ansiosos y estarán en mejores condiciones en nuevas alternativas y áreas de producción.
Para finalizar incluiremos algunos aspectos recogidos en el “Manual del Coaching” de Villa,J.P
y Caperán, J.A. sobre aspectos a evitar en la formulación de preguntas:
- Evitar emplear excesivos tecnicismos o anglicismos, tratar de ser claros y utilizar un vocabulario sencillo ajustado al (a la) coachee.
- Evitar preguntas condicionas de antemano o sesgos.
- Limitar el empleo de suposiciones y/o prejuicios sobre el/la coachee.
- Evitar preguntas de contenido comprometedor de tipo personal o profesional, que no sean relevantes para el proceso de coaching.